Nunca deja de sorprenderme ver a gente que se identifica claramente con uno de estos términos. En mi opinión, con el agravante de no entender siquiera las bases fundamentales del origen de cada «polo».
Es bueno que hagamos un repaso de los significados asociados con estos dos significantes, porque muchas veces la autoidentificación con uno o con otro es fundamentalmente errónea: hay mucha gente que cree ser de un polo y es del contrario, viceversa y, mejor, hay muchos que no están siquiera en ese eje.
El origen mítico
Los términos dexter y sinister en latín han determinado muchas connotaciones que, queramos o no, han permeado a todas las capas de la sociedad.
- Dexter: derecho. Origen de la palabra diestro. En el mundo judeocristiano lo «bueno» está a la «diestra de Dios».
- Sinister: izquierdo. Asociado ahora con lo malévolo, lo funesto. Una contraposición muy simplista, claro. Lo que está a «la diestra de Dios» es lo correcto y todo lo demás es lo funesto.
Ojo que esto no es exclusivo del mundo occidental. En el hinduismo la mano derecha es la pura (la que usamos para comer o ayudar a los demás, ofrecer presentes, comida…), mientras que la izquierda es para todo lo impuro. De la misma manera en las culturas islámicas: la mano derecha se usa para «comer», «lo noble» y la izquierda para «la higiene» (para limpiarse el culo, hablando claro).
Hasta en las estructura militares se ha considerado el flanco izquierdo como el vulnerable tradicionalmente. El derecho, naturalmente, el fuerte y prestigioso. Conectado, (o no) el mundo de la heráldica usa igualmente diestro y siniestro para señalar campos con connotaciones positivas y negativas que, por supuesto, declaran el dextro como el prestigioso.
Hay autores que refieren a hechos antropológicos donde debido a nuestra percepción de oriente y occidente, Norte y Sur (es decir, simbolismo por orientación espacial) observamos el lado derecho (Este) como positivo (el amanecer) y el izquierdo (Oeste) como negativo (el anochecer). La referencia a La rama dorada de Frazer es obligada: amanecer (comienzo, fuerza, nacimiento) y ocaso (fin, descanso, muerte), con distintas referencias a culturas que orientan los lugares sagrados y relevantes siguiendo esta regla.
Este libro me parece MUY interesante, explorando estas ideas: https://www.casadellibro.com/libro-lo-sagrado-y-lo-profano/9788449329838/2237681.
La autora, Mircea Eliade, en la línea de Frazer, describe cómo muchas culturas tradicionales conciben el espacio como diferenciado cualitativamente: el Este se asocia con la vida, nacimiento, poder divino (muchos altares y templos se orientan al amanecer), mientras que al Oeste están la muerte, el otro mundo (el inframundo, infierno, tártaro…) y una idea del tránsito (los celtas consideraban Fisterra como el fin del mundo que daba paso al Tír na nÓg, https://es.wikipedia.org/wiki/T%C3%ADr_na_n%C3%93g).
En los vikingos el Oeste se asocia con el tránsito a Hel (el infierno vergonzoso, diferenciado de Valhalla). Pero más alucinante todavía, en culturas andinas (quechua, aymara) encontramos estos conceptos:
- Este (inti llaqta, el lugar del sol naciente) se asocia con lo alto (hanan), lo masculino, lo divino, el poder y el inicio.
- Oeste, donde el sol se oculta, se vincula con lo bajo (hurin), lo femenino, lo terrestre y el cierre del ciclo.
Busquemos donde busquemos, hay un fuerte componente de orientación solar en la interpretación de esos polos izquierda-derecha. Casi siempre la asociación fuerza-masculinidad-honor-divinad está en el Este, en el nacimiento de la vida, en «la derecha». Lo que es DETERMINANTE para muchas de las percepciones que se han ido asimilando dentro de cada polo ideológico.
hay un fuerte componente de orientación solar en la interpretación de esos polos izquierda-derecha
El origen político
Nada sorprendente. Los asamblearios en la Revolución Francesa ocupaban posiciones dentro de la Asamblea que definían su postura (https://es.wikipedia.org/wiki/Izquierda_y_derecha_(pol%C3%ADtica)):
- A la derecha: partidarios del rey, de los aristócratas, del «poder establecido» (el antiguo régimen, conservadores).
- A la izquierda: los revolucionarios, naturalmente.
Wikipedia dicen que la ubicación de unos y otros «debe buscarse en un hecho fortuito, la ubicación geográfica de los delegados con diferentes orientaciones doctrinales en la asamblea nacional de agosto-septiembre de 1789«.
En mi opinión PARA NADA ES FORTUITO. Si mantenemos una mente abierta y recuperamos la idea del simbolismo geográfico y solar, es inevitable ubicar en la derecha las posiciones aparentemente más «firmes», «más fuertes», «más honorables» (y, me voy a permitir una licencia, «más masculinas»).
Las connotaciones ideológicas
Tengo que adelantar que las asociaciones ideológicas, de valores y premisas con cada polo me provocan un profundo tedio. Son simplistas y solamente sirven para que un grupo reducido de administradores de «la verdad» (arcontes) recluten tropas de asalto para sus causas particulares. Es decir, izquierda y derecha no son más que instrumentos de agrupación y control por parte de una serie de elementos «políticos».
Si usted, querido lector, hace una mínima reflexión honrada sobre sus propias ideas, descubrirá que tiene ideas mezcladas con todo tipo de orientación y enfoque. Nadie es absolutamente de un polo o de otro porque, básicamente, son creaciones artificiales y artificiosas que reducen su personalidad a una «caja». Usted es algo infinitamente más complejo y lleno de significados que un simple «soy de izquierda» o «soy de derecha».
Pero no puedo completar esta reflexión sin establecer esas asociaciones sobre lo diestro y lo siniestro ;) Me voy a centrar en las ideas clásicas de izquierda y derecha y voy a resumir en función a cuatro grandes ejes:
- Economía: igualitarismo, intervención estatal, redistribución de la riqueza en la izquierda, frente a liberalismo económico, prioridad de la propiedad privada, libre mercado (por encima de los individuos, ojo) en la derecha.
- Políticas sociales: la izquierda promueve el secularismo, los derechos civiles (ojo, desde un punto de vista más colectivista que individualista), ampliación de la democracia (más derechos), frente a la derecha que defiende la Tradición (observen la T capital), el orden social (y la exhibición pública y manifiesta de la fuerza) y la religión como pilar vertebrador de la sociedad.
- Status quo: la izquierda, en general, tendría una visión tendiente al cambio, progresismo, reforma y/o revolución. La derecha, por el contrario, conservadurismo y una fuerte idea de continuidad.
- El otro: en este eje me refiero a las relaciones de una sociedad-comunidad con otras sociedades-comunidades («los otros»). Es un eje muy complejo de explicar en una sola frase y, por ello, le dedicaré un apartado más adelante. Como resumen, la izquierda tiene una visión universalista de los derechos fundamentales, con apertura al cambio social-cultural y una creencia en la cooperación entre culturas diferentes. La derecha, en cambio, tiene una visión más localista (particular frente a universal), más renuente al cambio y con una fuerte idea de competitividad entre culturas.
Por ejemplo, para describirme a mí mismo dentro de esos ejes (cosa que se me hace compleja) podría decir que como soy tremendamente meritocrático creo que si trabajo más, soy más listo, más rápido y más «fuerte», merezco ganar más, por lo que caería en la idea de la propiedad privada. Por el contrario, como soy tremendamente meritocrático, creo que no hay que dejar NADA en herencia a nuestra prole, para que deban esforzarse y luchar como cualquier otro, sin ventajas.
Si observan, tengo dos visiones que pueden parecen contrapuestas: creo en la propiedad privada y en ganar más que otros y, a la vez, en que nadie herede riquezas. Pero es muy simple entenderlo si realmente uno cree en la meritocracia.
Soy materialista al 100% y no creo que exista nada que no sea el mundo material, por lo que caigo directamente en el secularismo. No me gustan las tradiciones en tanto que anulan la libertad individual en pro de mantener un orden y una rigidez enemiga del cambio, pero, por otro lado, creo tan firmemente en los derechos fundamentales que para mí primero debe ir el individuo y luego los grupos (es decir, soy individualista y nada colectivista como premisa, luego veremos mis matices).
Creo con firmeza que todos los cambios son buenos, aunque en apariencia no lo sean. Y creo que la resistencia a los cambios o a las influencias externas a nuestro grupo (nuestra cultura) desencadena pensamientos y emociones malignas.
Finalmente, en lo que se refiere a «El otro», dado que soy muy individualista, para mí «el otro» son todos los que no soy yo. Por lo que no comparto las visiones identitarias de los grupos que llevan a la gente a pensamientos nacionalistas o tribales. Además, creo firmemente que tanto la cooperación como la competición son habilidades necesarias y esenciales para mejorar. En algunos casos podemos avanzar de manera individual y en otros solamente podemos hacerlo colaborando.
Si revisa atentamente mi descripción observará que comparto ideas de uno y otro polo, no estando definido completamente en uno o en otro. Quizás, por una orientación muy fuerte antitradición (por las implicaciones que tiene sobre la libertad individual) puede que tienda más a lo que se llama comúnmente como izquierda.
Colectivismo e individualismo
Es bastante falso pretender, como observo a menudo que se busca en grupos de izquierda, que la derecha es individualista, asociando connotaciones malignas al individualismo. Precisamente la derecha clásica es todo lo contrario, es tan colectivista como la izquierda clásica: ambos polos promueven la sumisión del individuo a las necesidades del grupo, en un caso económico-sociales y en otro identitario-culturales.
Un verdadero individualista no puede participar de ideas de derecha porque, básicamente, promueven que su identidad e individualidad deben supeditarse a las ideas de tradición e identidad del grupo (la cultura de la sociedad). Tampoco puede participar de ideas de izquierda porque todas ellas parten de que se rechaza la propiedad privada y se debe obedecer la necesidad del colectivo primero.
Así que, en lo que se refiere a colectivismo vs individualismo, no tiene sentido acusar desde un polo al otro de tal o cual: ambas son colectivistas.
Idealismo frente a materialismo
Este caso es distintos. Como principio inmediato podemos observar que si la derecha defiende la tradición, el conservadurismo y la resistencia al cambio, es una aliada natural de la religión. Y necesita de esta para sostener su visión tribal/nacional del grupo. Por lo que, como tendencia general —¡muy general!—, la derecha va a ser idealista en lo que se refiere a políticas sociales, el status quo y la visión de «El otro».
Es curioso, porque precisamente por ese idealismo en el eje de «El otro», las personas tendientes a la derecha, ven con buenos ojos un tipo de inmigración (la que es compatible, por ejemplo, con la misma religión) y con malos ojos otros tipos, que pueden arrastrar visiones conflictivas religiosas (y conflictos que lanzan la amenaza de la desestructuración de su defensa del no-cambio).
Por otro lado, en lo que a economía se refiere, lanzo una pregunta maliciosa: ¿cuál de los dos polos creen que es materialista en materia de economía?
Sí, exacto. Ambas son materialistas, en distintos momentos.
La derecha parte de una descripción idealista del universo económico, donde se defiende la propiedad privada como elemento esencial de la libertad individual, se cree (creencia, ojo) en que los mercados se regulan por sí mismos (la “mano invisible” de Adam Smith) y todas las fallas en estas premisas se asocian con errores de «implementación» o «alteraciones y externalidades». Sinceramente, esto es idealismo puro.
En cambio, en la aplicación de las políticas económicas, la derecha pasa a una ejecución materialista y centrada en términos como eficiencia, rentabilidad, valor…
La derecha es idealista en la justificación (principios y modelos a priori) y materialista en el uso.
En el otro lado, la izquierda es infinitamente más materialista en el análisis y diagnóstico (condiciones y resultados concretos), observando las consecuencias de acciones previas en este momento concreto, para elaborar políticas que las equilibren (redistribución). Pero, luego, es más idealista en la ejecución de las políticas económicas, muchas veces sometidas a las necesidades sociales, por ejemplo.
Recordemos que Marx es el motor del materialismo histórico, mientras que Adam Smith defiende un idealismo utópico al introducir su idea de «la mano invisible». Maynard Keynes evoluciona la idea de Marx hacia un materialismo pragmático, con intervención estatal según condiciones reales de la economía, mientras que Friedman defiende un idealismo radical de la economía rechazando cualquier intervención que alteraría la eficiencia.
Lo sorprendente es que hoy, ahora mismo, en este punto de la historia, en lo que se refiere a izquierda y derecha clásicas (es importante enfatizar el término «clásicas») ambas son materialistas y, curiosamente, tienen los mismos objetivos con distinta etiqueta. La izquierda quiere reducir la desigualdad y centrarse en el cambio climático como amenaza severa y la derecha quiere defender el interés nacional, local, con una actitud proteccionista ante el globalismo. Hay otros grupos, como los neoliberales y los anarcocapitalistas, que tienen otra visión, pero hablaremos de ellos en otros artículos.
Conclusiones
¿Ven a lo que me refiero cuando señalo que me provocan tedio las autodeterminaciones en izquierda o derecha? Es muy probable que no sepamos exactamente lo que estamos afirmando cuando decimos ser tal o cual (si no lo han deducido ya, no soy ni una, ni otra cosa y las dos a la vez).
Es un ejercicio muy interesante elaborar un cuadro donde nos ubiquemos por enfoques colectivista-individualista e idealista-materialista, para cada una de las grandes áreas. Añado mi tabla, por si sirve de ayuda.
| Área | Colectivista-Individualista | Idealista-Materialista |
| Economía | Ambas (meritocracia extrema) | Materialista. |
| Política social | Ambas (el individuo primero) | Materialista. |
| Status quo | Individualista (defender la identidad individual) | Materialista (no existe nada espiritual) |
| «El otro» | Ambas (competición Y colaboración, las dos) | Materialista |
Un comentario
[…] necesidad de resolver conflictos dentro de esta, los elementos corruptores o los polos ideológicos izquierda-derecha más típicos (y […]
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